La semilla de amaranto es un pequeño grano redondo, similar a la quinoa, que proviene de una planta antigua cultivada desde tiempos prehispánicos en América. Aunque se le llama "grano", en realidad es una semilla. Es considerada un "superalimento" por su alto valor nutricional.
Rico en proteína vegetal: Contiene todos los aminoácidos esenciales, incluyendo lisina, algo poco común en cereales.
Fuente de fibra: Ayuda a mejorar la digestión y la salud intestinal.
Libre de gluten: Ideal para personas con intolerancia al gluten o celíacos.
Aporta minerales: Como calcio, hierro, magnesio y fósforo, buenos para huesos y músculos.
Energía saludable: Aporta carbohidratos complejos que dan energía sin causar picos de azúcar.
Antioxidante: Contiene compuestos que ayudan a proteger las células del cuerpo.
Similar a palomitas pequeñas. Se usa en barras energéticas, postres o para espolvorear.
Calienta una olla (sin aceite).
Añade 1 cda de amaranto (sin amontonar).
Tapa y agita; en segundos empezará a "reventar" como palomitas.
Retira cuando deje de explotar y repite con más.
Se usa en:
Alegrías mexicanas (dulces con miel o piloncillo)
Barras de cereal caseras
Mezclado con miel, dátiles o chocolate
Para decorar galletas o postres
Usa el amaranto cocido como base para postres.
1 parte de amaranto + 2.5 partes de agua
Hervir y cocinar a fuego bajo por 20 minutos
Queda con textura suave y gelatinosa
Úsalo en:
Budines o porridge (con leche vegetal, fruta, canela, etc.)
Mezclado con chía o avena
Como relleno de muffins o pasteles saludables
Se puede usar para hacer pan, galletas o bizcochos sin gluten.
Sustituye entre 20% y 30% de la harina de trigo por harina de amaranto.
Aporta un sabor a nuez y mejora el perfil nutricional.
Úsalo en:
Galletas integrales
Panes planos (como tortillas)
Brownies o muffins saludables
Añade las semillas enteras o infladas al final.
Aporta fibra, textura y valor nutricional.