El taro en polvo es un producto que se obtiene al secar y moler el taro, un tubérculo de origen tropical (similar a la yuca o la papa). Tiene un sabor suave, ligeramente dulce y una textura cremosa cuando se mezcla con líquidos.
Rico en nutrientes: Aporta fibra, vitamina E, vitamina C, potasio y antioxidantes.
Buena digestión: Su contenido de fibra ayuda al sistema digestivo.
Energía natural: Tiene carbohidratos complejos, ideales para dar energía sin elevar bruscamente el azúcar en sangre.
Libre de gluten: Apto para personas con intolerancia al gluten o enfermedad celíaca.
Versátil y fácil de usar: Se puede añadir a bebidas, postres o masas.
Una de las formas más populares de usar taro en polvo.
2–3 cucharadas de taro en polvo
1 taza de leche o bebida vegetal (puede ser caliente o fría)
Azúcar al gusto (algunos taros en polvo ya vienen endulzados)
Hielo (opcional)
Tapioca o perlas de boba (opcional)
Disolver el polvo en un poco de agua caliente hasta formar una pasta.
Agrega leche caliente o fría y mezcla bien.
Añade azúcar si es necesario.
Sirve con hielo o perlas de tapioca.
Mezcla 2–4 cucharadas de polvo con leche caliente.
Agrega gelatina o agar-agar y azúcar.
Refrigera hasta que cuaje.
Puedes agregarlo a la mezcla de bizcochos, galletas o panqueques para darles un color y sabor únicos.
Agrega taro en polvo a:
Mezclas de muffins o cupcakes (sustituye parte de la harina con polvo de taro)
Glaseados y cremas para relleno (puede usarse como saborizante y colorante)
Úsalo para dar color y sabor al mochi, al pan de leche japonés, o al pan al vapor.